MÉXICO – Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizaron un extraordinario hallazgo: una canoa Monoxilla del siglo XVI, rodeada por los restos óseos de varias especies animales, incluido un metatarsiano humano, fue descubierta en el fondo de un cenote . México.
El hallazgo fue presentado durante el XII Congreso Internacional Maya organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según los expertos, la embarcación pudo haber sido creada para ser depositada como ofrenda ritual, ya que su morfología no le permite navegar por las aguas cambiantes.
Asimismo, la presencia de huesos de armadillo, animal considerado señal de entrada al inframundo en el concepto maya, lleva a los arqueólogos a teorizar sobre el uso ritual de la canoa y su colocación en la cueva antes de que se inundara.
Los análisis de Carbono 14 muestran que el árbol de la canoa data del siglo XVI y no del período Clásico Terminal que domina el sitio arqueológico de San Andrés.
Los científicos han destacado que las concentraciones de microplásticos en el agua de los cenotes podrían influir en la datación, por lo que se planean nuevas inmersiones para tomar muestras adicionales de madera y material óseo de ambientes sumergidos.
El descubrimiento se realizó de conformidad con los protocolos de conservación exigidos por la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Los expertos agradecieron a todos los que apoyaron la investigación, incluidos los arqueólogos del Centro INAH Yucatán y la Universidad Autónoma de Yucatán.
La arqueóloga Helena Barba Meinecke, jefa de la Oficina Península de Yucatán del Departamento de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, dijo que las inmersiones en el cenote San Andrés, llamado así por el sitio arqueológico donde se encuentra la estructura kárstica del cenote, lo hicieron posible. Crea modelos 3D de la canoa y establece sus dimensiones: 2,15 metros de largo, 45 centímetros de ancho y 36,5 centímetros de profundidad.
Mientras se examinaba la fosa donde se encontró la embarcación, se tomaron muestras de la madera de la embarcación y se encontraron restos óseos a su alrededor.
Hasta el momento se han identificado 38 restos óseos, pertenecientes a siete individuos de diferentes especies animales: armadillo, pavo, perro y águila. Asimismo, se identificaron restos humanos asociados al hueso metatarsiano del pie izquierdo de una mujer adulta.
Jesús Gallegos Flores, arqueólogos adscritos al SAS en la península de Yucatán, y Alexandra Pierre, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia, explican que la morfología de la embarcación también sustenta el uso ritual de la canoa. , tenía una proa y una popa muy pesadas, y su habilidad para navegar debía limitarse a aguas de gran potencia.
El descubrimiento de la canoa fue un descubrimiento importante para la historia y la cultura maya. Su ubicación en un cenote, un sitio sagrado en la cultura maya, sugiere que la embarcación pudo haber sido utilizada en rituales religiosos o como ofrenda a los dioses.
Los arqueólogos continuarán su investigación para encontrar más información sobre el barco misterioso y los esqueletos encontrados a su alrededor.
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