Se están estudiando dos herramientas para conseguir el objetivo de desbloquear el volumen de bonificaciones fiscales que se han quedado estancadas: un nuevo desvío a disposición de los bancos, para facilitar la compensación mutua únicamente entre entidades de crédito, pero sobre todo un nuevo método a favor de las empresas que han cedido descuentos en facturas a sus clientes y que ahora no pueden monetizarlo. Para ellos se puede abrir la alternativa de convertir el crédito en un préstamo bancario respaldado por una garantía pública.
Estas son algunas de las soluciones que surgieron durante la Cumbre que, ayer por la tarde (y hasta bien entrada la noche), reunió en una mesa a representantes de la mayoría y del gobierno para acabar con el juego de las súper recompensas y la transferencia de créditos. Propuestas para ser transformadas en un conjunto de enmiendas para ser incluidas en la Ley de Conversión del Cuádruple Decreto de Ayoti.
Transferir créditos
Comencemos con las noticias más importantes obtenidas en el campo de la transferencia de saldo. Como se mencionó, se están considerando dos soluciones. El primero prevé la posibilidad de alargar la cadena de suministro. Actualmente, el primer paso es gratuito, luego hay dos transferencias en un ambiente controlado (por ejemplo, a bancos y compañías de seguros) y luego el banco puede transferirlo a su propio titular de la cuenta que tiene un número de IVA. Por lo tanto, el banco que recibe el crédito suele tener un solo movimiento disponible: el límite que hace que ese mercado sea menos líquido. Al alargar la cadena de transferencias, con un paso adicional para las entidades de crédito, se preferirá el arbitraje entre bancos. Contribuyendo así a aprovechar al máximo la capacidad financiera de las entidades.
Créditos dejados en el vientre corporativo
Por otro lado, la otra medida apunta a reducir la cantidad de créditos que quedan en el estómago de las empresas: según estimaciones difundidas el viernes por la Cna, asciende a 5.000 millones de euros, que, por el momento, son imposibles de monetizar. La premisa es convertirlos en préstamos respaldados por una garantía pública similar a las garantías dadas en medio de la emergencia del Covid. El Estado se convierte así en el garante de último recurso para permitir que se cierre el ciclo de las remesas. Siguiendo el camino que ha sido marcado en los últimos días por los distintos defensores políticos que siguen el expediente.
nodo de cobertura
En este punto, sin embargo, hay un problema con la cobertura. Para mantener bajo control el efecto de esta maniobra sobre el presupuesto público, la idea es crear un proceso escalonado en el tiempo, durante el cual se pueda disponer de las bonificaciones a razón del 20% anual, eliminando así todos los reserva. La premisa de que, sin embargo, debe pasar el escrutinio del departamento de contabilidad.
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