La entrevista de Fabio Fazio a Ghali en el último episodio de Che tempo che fa fue un “intento (fallido) de manipular la realidad”, como escribió Selvagia Lucarelli en las redes sociales. El Daily Fato arremetió contra el presentador por la forma en que manejó la entrevista, acusándolo de no pronunciar nunca las palabras “genocidio”, “Israel” y “Gaza” durante toda la conversación, como ocurrió en San Remo y hasta el domingo. De hecho, Lucarelli afirma que en aquellas ocasiones “se dijeron cosas más claras y más valientes”, mientras Fazio hacía “el papel de Alicia en el país de las maravillas”. En el clima, ni siquiera Gally dijo esas palabras, ni tampoco el extraterrestre.
“Con su aire franco y su falso desconocimiento de cuál era el tema planteado por Ghali y Dargin en San Remo (Gaza y el genocidio en curso), junto con la lectura del comunicado de prensa y las reacciones de Israel, Fazio fingió que se trataba simplemente de la paz – escribe Lucarelli es un concepto neutral, ¿comprendes? También fingió sorprenderse cuando vio la agitación de los demás. Pero el “otro” permaneció en el anonimato, aunque tenía un nombre, que es “Israel”. Lucarelli define luego a Fazio como “ “Se avergonzó” porque “se arrogó el derecho de resumir lo que Galli iba a decir, señalando que no había nada. Hay algo extraño en pronunciar las palabras “guerra” o “masacre”, cuando Galli dijo algo más preciso en San Remo”. , que es “genocidio”. De la serie – continúa el periodista – en mi programa la palabra genocidio no se pronuncia, de lo contrario no puedes fingir que no lo es. Sé de lo que estás hablando, de lo contrario no puedes evitar decir las palabras. 'Gaza' e 'Israel'. De lo contrario, no puedes fingir que estás sorprendido”.
“Ese ambiente de parroquia rural interpretó a Alicia en el país de las maravillas”, insiste Lucarelli, presentador de Che tempo che fa. Genocidio, Fazio. Se llamó “genocidio”. No “Paz y abajo las guerras”. Y no, no es un concepto simple para un estudiante de primaria”. “Convertir el término en 'guerra' es una elección muy sutil”, insiste Lucarelli, “que devuelve el conflicto a una escala diferente, con un valor jurídico diferente. “Ni siquiera tenía sentido tirar la toalla. El caldero de la inmigración (rechazo) y las consignas de la Liga Norte (ayudémosles en casa), que nada tienen que ver con lo que está pasando en Gaza. “Las palabras fueron dichas sólo para suavizar el mensaje y no enojar a Israel, porque si estás hablando de todo, entonces no estás hablando de nada. El farsante, Fazio, es para bromas con Luciana Letzetto, no para genocidio”.
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