El Papa Francisco ha confirmado la Visita Apostólica, prevista para finales de abril, a Hungría. “Dentro de dos semanas, Dios mediante, partiré para realizar la cuadragésima primera peregrinación a visitar Hungría”, dijo el pontífice al recibir a los directivos y empleados de ETA Airlines. Pero no solo. También se espera que el Papa haga futuros viajes porque “estará Marsella y Mongolia y todas las cosas que están en lista de espera”.
En resumen, Bergoglio se prepara para partir nuevamente con una bolsa negra en las “Alas del Papa”. Es una muestra más del restablecimiento de la salud del Pontífice argentino que, una vez más, demuestra que quiere que se respeten todas sus obligaciones. Y también porque el libro es importante “para confirmar a los hermanos y hermanas en la fe, para estar cerca de los que sufren y para ayudar a los que están comprometidos con la paz”.
Hablando de compromisos, durante la audiencia el Papa recordó los 104 viajes de Juan Pablo II. Incluso Wojtyla nunca se detuvo, a pesar de sus condiciones de salud, hasta el punto de convertirse en el “Papá de los viajes”. Viajes, en algunos casos, que han pasado a la historia, como el viaje a Cuba en 1998 o el viaje al “Muro de las Lamentaciones” en 2000, sin olvidar las Jornadas Mundiales de la Juventud. Los viajes pueden transformarse en “eventos informativos” y pueden influir en el lenguaje. Juan Pablo II fue por todas partes, llegando a rincones remotos de la tierra y por eso se define como una fe ‘universal’: 104 viajes, mucha gente visitada. Sin embargo, Juan Pablo II no logró desembarcar en China. Quién sabe si entre las cosas en la lista de espera del Papa Francisco también está la idea de un viaje a Pekín. Francisco, como sabemos, es el Papa de las sorpresas.
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