Butch Wilmore y Sunita Williams, quienes despegaron a la Estación Espacial Internacional en junio a bordo de una nave espacial Boeing en problemas. Starliner Se suponía que la cápsula espacial sólo pasaría ocho días en órbita. En cambio, ahora enfrenta un retraso de seis meses antes de regresar a la Tierra, debido a una fuga en la nave espacial Starliner y propulsores defectuosos. ¿Cuál es la solución? La nave espacial Crew Dragon de SpaceX se lanzará para devolverlos a la Tierra en febrero de 2025.
La noticia ha enfurecido a Boeing, y se dice que la moral de la compañía está por los suelos. Un trabajador de Boeing en Florida expresó su frustración: “Últimamente hemos pasado por muchas situaciones embarazosas y ahora estamos bajo el microscopio. Esto lo hace cien veces peor”. El desprecio del empleado por SpaceX era claro: “Odiamos a SpaceX. Hablamos mal de ellos todo el tiempo y ahora nos están salvando”, informó el Washington Post.
El trabajador continuó: “Es una pena. Me siento avergonzado y aterrorizado”. A medida que aumentan las tensiones internas, muchos en Boeing culpan a la NASA por lo que consideran una humillación pública.
La decisión de la NASA de recurrir a SpaceX se produce después de más de dos meses de evaluar el desempeño del Starliner. A pesar de las garantías de Boeing de que la cápsula podría llevar a Willmore y Williams a casa sanos y salvos, la NASA lo consideró demasiado arriesgado. “Pensamos que el Starliner podría traerlos a casa sanos y salvos, pero la NASA no quería correr ese riesgo”, explicó el empleado de Boeing. “Tienen sus propios problemas de relaciones públicas y no necesitan dos astronautas muertos”.
Steve Stich, director del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, observó “un pequeño desacuerdo sobre el riesgo” en las conversaciones con Boeing. Si bien Boeing se negó a comentar directamente sobre la decisión de la NASA, la compañía enfatizó su enfoque en garantizar que Starliner regrese intacto a la Tierra al final. “Boeing continúa centrándose, ante todo, en la seguridad de la tripulación y las naves espaciales”, dijo la compañía.
Los problemas del Starliner se suman a los crecientes problemas de Boeing, que ya incluyen 1.500 millones de dólares en sobrecostos más allá de su contrato de 4.500 millones de dólares con la NASA y una serie de preocupaciones de seguridad. A principios de este año, el panel de la puerta de un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines explotó, lo que provocó un mayor escrutinio. Boeing también ha enfrentado fallas de alto perfil e informes de denunciantes que resaltan problemas de seguridad y calidad, algunos de los cuales han provocado muertes trágicas.
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