Los participantes citaron múltiples razones para hacerlo: ansiedad por las pruebas médicas, preocupaciones sobre el dolor, el costo, la falta de tiempo o no creer que las pruebas sean necesarias.
Además, sólo el 42% de los participantes dijeron que tenían “mucha confianza” en los exámenes de salud que necesitaban. Muchas mujeres también tuvieron dificultades para encontrar información relevante: el 31% de las mujeres de la Generación Z dijeron que les resultaba difícil encontrar información de salud relevante.
Alrededor del 63 por ciento de los participantes dijeron que era difícil priorizar su salud.
Las mujeres que hablaron sobre las pruebas de detección con los médicos tenían más probabilidades de seguir adelante con la cita de detección, pero no todas tuvieron ese tipo de conversaciones.
El estudio también encontró que el cumplimiento de los exámenes de salud varía según la raza. Las mujeres negras eran más propensas a decir que los controles médicos regulares son importantes y menos propensas a ignorarlos o retrasarlos. Sin embargo, también era menos probable que conversaran con un profesional médico sobre controles básicos.
Un informe sobre el estudio indica que los resultados pueden tener consecuencias graves para la salud. “Los controles médicos periódicos desempeñan un papel vital en la mejora de la salud y el bienestar de las mujeres”. dice el informe de la encuesta.
Este artículo es parte de la serie “El gran número” del Washington Post, que analiza brevemente el aspecto estadístico de las cuestiones de salud. Información adicional e investigaciones relacionadas están disponibles a través de hipervínculos.
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