Estuvo tan expuesto a la radiación que cambió su ADN. Un nuevo estudio de 302 perros que viven en la Zona de Exclusión de Chernobyl encuentra que su entorno los hizo genéticamente diferentes de cualquier otra especie en el mundo, lo que sugiere el desarrollo de una nueva raza.
Los perros de Chernobyl viven no solo en la central nuclear, sino también en las zonas boscosas alrededor de Pripyat y hasta Slavutych, a 45 kilómetros de distancia, y se han adaptado a la exposición a la radiación liberada tras el colapso primario, que sigue siendo alta hoy en día, a pesar de la enorme estructura de acero y hormigón que cubre el reactor nuclear No. 4. Se trata de animales callejeros, descendientes de varios perros que vivían con sus familias en los barrios desalojados en abril de 1986. No se les permitió llevárselos, con la prometieron que volverían en unos días, pero no fue así. Y los que sobrevivieron comenzaron una nueva vida en la tierra contaminada, y también se cruzaron con animales callejeros que ya vivían allí.
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Desde 2017, la Iniciativa de Investigación de Perros de Chernobyl brinda atención veterinaria a estos perros y, al mismo tiempo, recolecta muestras de sangre para análisis genéticos. Los tubos de ensayo que se utilizaron en este estudio, que acaban de publicarse en Diario de ciencia, co-cocinado por investigadores del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de la Universidad de Carolina del Sur en colaboración con Clean Futures Fund+, la Universidad Estatal de Carolina del Norte, la Academia de Ciencias de Polonia, el Ecocentro Empresarial especializado del estado, el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y la Universidad de Jilin . Formato de grupo de búsqueda Dra. Gabriela Spattola, clasificando idealmente a los perros según el lugar donde viven habitualmente, es decir, la distancia desde el reactor, identificando 15 estructuras familiares únicas de residentes de Chernobyl que difieren de los perros de todo el mundo. En resumen, su composición genética es diferente, alterada por la radiación directa y la adaptación a esta dura condición.
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No sabemos mucho sobre los efectos de estas mutaciones genéticas en la salud general y el metabolismo de estos perros. Efectivamente, de alguna manera le permiten sobrevivir y prosperar a pesar de la radiación, incluso si su esperanza de vida es mucho más corta de lo esperado y apenas supera los 6 años.
“Los perros de Chernobyl tienen un gran potencial para guiar la gestión de recursos ambientales para una población en recuperación”, dicen los investigadores. Su viaje “los convierte en candidatos ideales para futuros estudios que buscan comprender los efectos genéticos a largo plazo en la salud de los mamíferos en entornos altamente radiactivos”.
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El área alrededor de la planta de energía nuclear de Chernobyl ha sido abandonada en gran parte por humanos. Y aunque la contaminación radiactiva “diezmó las poblaciones salvajes, algunos animales sobrevivieron y continuaron reproduciéndose, incluidos los perros salvajes, algunos de los cuales descienden de animales domésticos”. Las tasas de mutaciones genéticas ocurren en varias especies de plantas y animales, pero no está claro cómo los animales grandes como los perros pueden verse afectados a nivel de población”.
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