Mientras la inteligencia artificial continúa revolucionando áreas enteras de nuestras vidas, es esencial considerar su impacto en el consumo de energía.
El desarrollo tecnológico de los últimos años ha hecho que la inteligencia artificial sea el centro de muchos debates, que a menudo se centran en su impacto en el mercado laboral. Si bien muchos temen que la inteligencia artificial reemplace el trabajo humano en diversas industrias, existe Otro aspecto, menos explorado pero igualmente importante, está relacionado con su desarrollo.. Este elemento se relaciona con la infraestructura básica que permite que la IA funcione: la electricidad.
En el mundo académico y en la industria existe una conciencia cada vez mayor sobre Necesidades energéticas para apoyar el avance de las tecnologías basadas en inteligencia artificial. Estas consideraciones plantean cuestiones muy importantes sobre la sostenibilidad de este progreso continuo, entre otras cosas, en una era en la que la gestión de los recursos energéticos está adquiriendo cada vez más importancia.
El consumo de energía de la IA pone en riesgo nuestro futuro
Las tecnologías de inteligencia artificial, especialmente los modelos de lenguaje generativo como GPT-4 de OpenAI, Requieren una gran cantidad de electricidad.. Ami Badani, CMO de Arm Holdings, destacó cómo estos sistemas requieren decenas de miles de clústeres informáticos para funcionar de forma eficaz. De ahí surge esta “demanda voraz” de energía Serias dudas sobre el futuro del suministro eléctricoespecialmente considerando que el objetivo es hacer que la IA esté cada vez más disponible e integrada en los dispositivos cotidianos.
Durante la conferencia Fortune Brainstorm AI en Londres, se destacó que la implementación generalizada de la IA puede conducir a… Suficiente consumo de energía para representar una cuarta parte de toda la electricidad de EE. UU. para 2030.
Lo más destacado de este escenario La urgente necesidad de desarrollar soluciones tecnológicas más eficientes Desde el punto de vista energético. La propia Arm Holdings está trabajando en chips semiconductores optimizados para reducir el consumo de energía, un paso clave para garantizar que el progreso tecnológico no supere la capacidad de la infraestructura existente.
A pesar de los beneficios que la IA puede aportar, los costos de energía asociados con su funcionamiento son significativos y quizás insostenibles. Para entrenar modelos avanzados como Sora (el generador de vídeo de OpenAI), se necesitan 100.000 chips de IA en pleno funcionamiento. Este nivel de consumo ejerce claramente presión sobre los recursos energéticos existentes, pero también alivia Problemas ambientales asociados con el aumento de las emisiones de carbono. Está claro que sin un cambio importante en el diseño y uso de los dispositivos que impulsan estas tecnologías, podemos enfrentar una crisis energética de proporciones inimaginables.
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