“Hay un movimiento motorizado de 35 caballos de fuerza y 40 caballos de fuerza. El precio es de 1500 dinares. Así comenzó la conversación con un ciudadano de Costa de Marfil que promociona en las redes sociales “caravanas” de Túnez a Italia. Cuando lo contactamos en privado para obtener más información, explicó que el pequeño bote saldría la próxima semana desde Sfax hacia Lampedusa. Comienza a pedir información sobre nosotros: quiere saber dónde estamos y de qué nacionalidad somos. Improvisamos y decimos que somos tunecinos pero él se detiene en este punto: “La caravana es sólo para África Subsahariana”. Deja de contestar, pero mientras tanto tenemos una conversación con otra persona que organiza este tipo de travesías, siempre desde Sfax y siempre con destino Lampedusa. Su próxima apuesta de salida está prevista para finales de mes. También quiere 1.500 dinares para subirnos a un barco y llevarnos a Italia, pero no tenemos que darle ese dinero: no nos dice a quién debemos acudir pero nos da información adicional: “Todo el mundo va a el pueblo (Sfax editado) con una foto”. Y cuando le preguntamos cómo nos enteraríamos de nuestra caravana una vez que hubiéramos llegado a la ciudad tunecina por mar, también dejó de responder a nuestras preguntas.
Seguimos buscando personalidades así para más información y tenemos mucho donde elegir en las redes sociales, donde hay verdaderos grupos con los que “anunciar” los cruces, sobre todo en dirección a Italia, pero también hay más promotores que los de España . Nos centramos en lo primero y solo tardamos unos minutos en encontrar lo último, que en poco tiempo ocupa nuestra petición de información. Resulta que es la persona más cara con la que contactamos: quiere 2.000 dinares por persona para hacer la travesía.
Cuando le preguntamos si, en medio de mares agitados y turbulencias, alguien estará disponible para ayudarnos, dado lo ocurrido en Cutro, intenta tranquilizarnos: “Ahora el tiempo está revuelto, miro el tiempo todos los días”. Nos dice entre líneas que no hay salidas para los próximos días. Parece dispuesto a hablar pero para responder a nuestra pregunta parece querer tomar precauciones: «Déjame tu número, te llamo más tarde».
Es muy probable que estas personas no sean las que traen físicamente a los inmigrantes a Italia, porque es al desplazarse por los grupos que aparecen las figuras del “líder”, que se presenta voluntariamente: “Si necesitas un líder, yo estoy disponible”. Hay muchos mensajes como este, completos con un número de teléfono para marcar, indicando que los “contrabandistas” están reclutando y que ellos mismos no organizan los cruces. Las organizaciones parecen operar en diferentes niveles: están los que organizan a los migrantes y los traen de regreso, están los que los llevan por mar, y obviamente están los que reciben dinero y manejan todo de manera segura.
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