La mañana del 10 de febrero de 1944 es Cesko Maghetti, el protagonista masculino Ferrocarriles MexicanosAbordando una bicicleta prestada, Tilde, la protagonista femenina, comienza a pedalear en busca de Giordano. Ferrocarriles MexicanosComo una metamorfosis entre las montañas y el camino a Tierra Santa, Asti cruza el campo y pisa el kanna gris en caminos de tierra montañosos hacia un destino desconocido. Como el mensajero que sigue a Federico Barbarroja, sin darse cuenta se encuentra a sí mismo como un vagabundo, un vagabundo, en una cruzada completamente impura y sin esperanza.
Grandolare (Cesco Grandola de principio a fin por las calles de Asti y la sierra de las afueras de Asti, pero Girandola en el ferrocarril mexicano, aunque solo a través de las historias ajenas, es el primero de muchos viajes que discurren a través de una novela, o a través de ensueños) es considerada en su sentido fantástico y doble: por un lado, Deambular, dar vueltas aquí y allá sin un propósito preciso (aunque al final siempre hay un propósito, y en este caso el propósito de Cesco Maghetti es inmediatamente claro: es es recrear el mapa de la red ferroviaria de México), por otro lado metafórico y arcaico ensoñador.
Una invitación a participar en un festival dedicado a John Fante, precisamente en el que Torricella Peligna representa a Eden, un singular escritor italoamericano (y por tanto engrasador, y por tanto desarraigado). Ferrocarriles Mexicanos, Cesco Magetti, Tilde, Ettore y Nicolao y todos los demás, no arrancados de las cenizas, sino arrojados aquí y allá por los acontecimientos históricos (la República Social Italiana), hasta que se sienten extraños en casa, rodeados de fuerzas de ocupación extranjeras, hasta que sentirse como extraños en casa. Ocupando los nazis Krats, en su jerga teutónica), una constante sensación de estar rodeado de sentimientos de futilidad, insensibilidad, falta de posibilidad. En tal película, la sensación de enredo que siente Tilde, un dolor interno inquietante e inconmensurablemente creciente (con una raíz de estar en el mundo, diría yo), es lo más cercano a una sensación de enredo, lo cual es admirable. En las páginas escritas por Fante, en cambio, Cesco Maghetti se revela atónito ante la historia y su propia vida, sin soltarse a sí mismo, y el terrible dolor de muelas que lo atormenta simboliza su impotencia. Terminar con su dolor en vida es la carga que lo mantiene apegado a la tierra, a su patria, y por ende al mundo.
Este viaje, por existencial que sea, un viaje que lleva a Cesco Maghetti a descubrir algo de sí mismo que nunca imaginó (al final de la novela, reflejándose en el agua del pozo, descubre que se ha convertido en un hombre nuevo eso es difícil de reconocer) – puede ser inducido – un viaje por el carril de la memoria es el viaje de Lito. , a pie, bicicleta, tren, camión, nadar. Ferrocarriles Mexicanos Una forma de encontrarse a uno mismo es superar el mencionado sentido de alienación social, redimirse, soñar y recordar, escapar y abandonar –quizás para siempre– el Edén original simbolizado por la propia tierra natal.
@Gian Marco Griffi 2023
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