resumen: Una nueva revisión vincula el bajo nivel socioeconómico (NSE) con cambios significativos en el desarrollo del cerebro, el comportamiento y los resultados cognitivos. La revisión sintetiza la investigación existente para proporcionar un marco unificado que explique cómo los factores comunes en entornos de nivel socioeconómico bajo, como la mala nutrición, el estrés crónico y las condiciones de vida deficientes, afectan negativamente el desarrollo neurológico.
Este trastorno puede provocar una disminución de las habilidades lingüísticas, un menor nivel educativo y un mayor riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos. Al demostrar cómo estas condiciones perpetúan la pobreza intergeneracional, el estudio subraya la necesidad urgente de desarrollar intervenciones específicas para romper este ciclo.
Hechos clave:
- El bajo nivel socioeconómico (NSE) contribuye al estrés crónico y a las malas condiciones ambientales, que pueden inhibir la neurogénesis e impactar negativamente el desarrollo cognitivo desde una edad temprana.
- La revisión proporciona un marco que vincula las condiciones económicas y sociales con las influencias de por vida en la salud mental, el éxito educativo y el comportamiento.
- Señala la necesidad de realizar más investigaciones sobre intervenciones específicas que puedan mitigar los efectos del bajo nivel socioeconómico en el desarrollo del cerebro y ayudar a romper el ciclo de pobreza intergeneracional.
fuente: De Gruyter
¿Qué determina la salud mental, el rendimiento escolar e incluso el desarrollo cognitivo?
Nueva reseña en De Gruyter Reseñas en neurociencia Sugiere que la pobreza y el bajo nivel socioeconómico (NSE) son los principales factores que contribuyen.
Otros estudios han examinado los efectos aislados de la pobreza en el cerebro o el comportamiento. Sin embargo, esta nueva revisión proporciona el primer marco unificado que utiliza evidencia de la literatura para vincular directamente los cambios cerebrales resultantes de un nivel socioeconómico bajo con consecuencias conductuales, de enfermedad y de desarrollo.
El NSE se refiere a la posición social de un individuo o familia e incluye factores como la riqueza, la ocupación, el nivel educativo y las condiciones de vida. Además de afectar la vida diaria, el estatus socioeconómico (NSE) puede tener consecuencias de gran alcance en nuestro cerebro, desde la niñez hasta la edad adulta.
Entonces, ¿cómo cambian el cerebro la pobreza y el bajo nivel socioeconómico? La revisión examina los impactos negativos de la desnutrición, el estrés crónico y los riesgos ambientales (como la contaminación y las condiciones de vivienda inadecuadas), que tienen más probabilidades de afectar a las familias de nivel socioeconómico bajo.
Estos factores pueden perjudicar el desarrollo cerebral de los niños, lo que a su vez puede afectar sus habilidades lingüísticas, sus logros educativos y su riesgo de desarrollar enfermedades mentales.
Por ejemplo, las familias de nivel socioeconómico bajo tienen más probabilidades de experimentar mayores niveles de estrés, y esto puede afectar a sus hijos a una edad temprana. El estrés persistente puede reducir los niveles de neurogénesis (el crecimiento de nuevas células nerviosas) en el hipocampo, lo que puede afectar las capacidades de aprendizaje e impactar negativamente en los logros educativos y las oportunidades laborales en el futuro.
El marco unificador propuesto por los investigadores también ayuda a explicar la pobreza intergeneracional, que puede dejar a los niños de familias de bajo nivel socioeconómico incapaces de escapar de su situación cuando crezcan y se conviertan en padres. Puede resultar difícil romper este círculo vicioso.
Curiosamente, los investigadores ofrecen una lista extensa de estudios propuestos que podrían probar la validez de su marco y encontrar nuevas formas de romper el ciclo de pobreza intergeneracional. Estos incluyen centrarse en los efectos del nivel socioeconómico bajo en áreas específicas del cerebro e identificar técnicas para mejorar el desempeño de los niños afectados en la escuela.
El examen llega en un momento oportuno, cuando aumenta la desigualdad en la sociedad. Identificar mecanismos específicos detrás de la pobreza generacional puede ayudar a los investigadores y formuladores de políticas a desarrollar nuevas intervenciones tempranas.
El nuevo marco tiene en cuenta la naturaleza multifactorial de la pobreza intergeneracional y puede allanar el camino para intervenciones comunitarias más integrales y sofisticadas que reconozcan esta complejidad.
“Esta investigación destaca las profundas formas en que la pobreza y el estatus socioeconómico afectan no sólo las condiciones de vida actuales de las personas, sino también su desarrollo cognitivo, su salud mental y sus oportunidades futuras”, afirmó el Dr. Eid Abu Hamza de la Universidad de Al Ain. Emiratos Árabes Unidos, quien es el primer autor de la revisión.
“Al comprender estas relaciones, la sociedad puede abordar mejor las desigualdades y apoyar a las personas que viven en situaciones desfavorecidas, lo que podría conducir a intervenciones que puedan ayudar a romper el ciclo de la pobreza”.
Sobre la pobreza y las noticias de investigación sobre el neurodesarrollo.
autor: Mauricio Quiñones
fuente: De Gruyter
comunicación: Mauricio Quiñones-De Gruyter
imagen: Imagen acreditada a Neuroscience News.
Búsqueda original: Acceso abierto.
“El impacto de la pobreza y el estatus socioeconómico en el cerebro, el comportamiento y el desarrollo: un marco unificadorEscrito por Eid Abu Hamza y otros. Reseñas en neurociencia
un resumen
El impacto de la pobreza y el estatus socioeconómico en el cerebro, el comportamiento y el desarrollo: un marco unificador
En este artículo, proporcionamos por primera vez una visión general integral y un marco unificador del impacto de la pobreza y el bajo nivel socioeconómico (NSE) en el cerebro y el comportamiento.
Si bien existen muchos estudios sobre el impacto del bajo nivel socioeconómico en el cerebro (incluidos la corteza, el hipocampo, la amígdala e incluso los neurotransmisores) y los comportamientos (incluidos los logros educativos, el desarrollo del lenguaje y el desarrollo de trastornos psiquiátricos comórbidos), estudios previos sobre el comportamiento y educativo no están integrados. y hallazgos neurológicos en un solo entorno.
Aquí confirmamos que los efectos de la pobreza y el bajo nivel socioeconómico en el cerebro y el comportamiento están interconectados. En concreto, con base en estudios previos, debido a la falta de recursos, la pobreza y el bajo nivel socioeconómico se asocian con una mala nutrición, mayores niveles de estrés en los cuidadores y sus hijos, y exposición a riesgos sociales y ambientales.
Estas lesiones psicológicas y físicas afectan el desarrollo normal de muchas áreas del cerebro y neurotransmisores.
El funcionamiento deficiente de la amígdala puede conducir al desarrollo de trastornos psiquiátricos comórbidos, mientras que el funcionamiento deficiente del hipocampo y la corteza cerebral se asocia con un retraso en el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje, así como con un rendimiento académico deficiente.
Esto, a su vez, perpetúa la pobreza en los niños, lo que conduce a un círculo vicioso de pobreza y discapacidades psicológicas y físicas. Además de brindar asistencia económica a familias económicamente desfavorecidas, las intervenciones deben apuntar a abordar las anomalías neurológicas causadas por la pobreza y el bajo nivel socioeconómico en la primera infancia.
Lo más importante es que reconocer las anomalías cerebrales causadas por la pobreza en la primera infancia puede ayudar a aumentar la justicia económica. En el estudio actual, proporcionamos una lista completa de estudios futuros para ayudar a comprender el impacto de la pobreza en el cerebro.
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