El cardenal José Luis Lacunza, desaparecido desde hacía dos días, fue encontrado “sano y sano” en Boquete, una zona cercana a su diócesis en el oeste de Panamá. Así lo informó Reuters, citando fuentes policiales. Un videoclip circuló en la plataforma de redes sociales.
La ansiedad comenzó el martes por la tarde, cuando el cardenal Lacunza Curia David salió y subió a su coche. El personal creía que tenía que hacer algunos recados o asistir a una de las muchas reuniones a las que suelen ser invitados el obispo y el cardenal, que cumplirá 80 años el 24 de febrero. Pero sea cual sea el destino, Monseñor Lacunza nunca llegó. Tampoco vino al día siguiente -es decir, ayer- a celebrar misa en honor de San Juan Bosco, entonces diariamente, en la catedral de la capital de la provincia panameña de Chiriquí, la tercera provincia más grande del país. No tiene sentido llamarlo, no hay respuesta desde su celular. Desaparecido significa desaparecido. La palabra comenzó a difundirse, casi en un susurro, entre los creyentes y el clero. Hasta que el Ministerio Público decidió abrir una investigación por la “presunta desaparición” del religioso “Eronaco” -como él mismo solía autodenominarse-, es decir, nació en Pamplona, España, y pertenecía a la orden de los recuerdos agustinos. Según explicó el fiscal Javier Caraballo, un equipo de investigadores fue enviado a Chiriquí para averiguar qué pasó con monseñor Lacunza, quien fue nombrado cardenal por el Papa Francisco el 14 de febrero de 2015, el primero en la historia del país centroamericano.. La Diócesis de David pidió a todos “unirnos en oración constante, para que pronto podamos encontrar nuevamente al pastor de nuestra diócesis con el mismo corazón, como el corazón de Jesús”. el hizo lo mismo La Conferencia Episcopal Panameña, de la que monseñor Lacunza fue dos veces presidente. “Los obispos instan a todo el pueblo de Dios a unirse en oración constante, pidiendo saber pronto su paradero”, se lee en el comunicado. El presidente Rafael Valdivieso dijo que todos los sacerdotes quedaron muy afectados por la noticia. Y añadió: “Estamos preocupados y conmocionados”. Arzobispo de la Ciudad de Panamá, José Domingo Ulloa MendietaPor su parte, se reunió con periodistas y explicó, “con el objetivo de lograr la máxima transparencia”, que disponía de información muy limitada y fragmentada. Y agregó: “Salió con cosas normales que hacer, algunos recados, y luego no supimos nada hasta el día siguiente que nos dimos cuenta de que había desaparecido”.
En 2015, la atribución de la “púrpura” sorprendió por primera vez al obispo de Istmo, lugar donde residía desde 1971, hasta el punto de que optó por nacionalizarse. Un sacerdote encarnado en lo más profundo de la vida de las personas. Su compromiso de defender a los más vulnerables (los pueblos indígenas, los inmigrantes cubanos y centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia, y los perseguidos por las dictaduras de los años 1980) le valió el título de “Obispo del Diálogo”.. Quizás por eso eligió a Panamá como su patria adoptiva. El héroe de la independencia latinoamericana, Simón Bolívar, llamó a este lugar, ubicado entre océanos, “el centro del mundo y el corazón del universo”. Dijo: “Si el mundo eligiera una capital, el Istmo de Panamá sería el candidato ideal para un destino majestuoso, ya que está ubicado en el centro del mundo”. Por esta razón, los “libertadores” organizaron en Panamá la conferencia encargada de forjar la unidad del continente, que inmediatamente después se hizo añicos en una maraña de rivalidades. “Pero Panamá sigue siendo un poderoso símbolo de la posibilidad de encuentro entre personas, pueblos y culturas. “Tenemos la responsabilidad de recordarle al mundo que los puentes son más útiles que los muros”, dijo el cardenal Lacunza en una entrevista con la revista. futuro. Una vez más, durante la Jornada Mundial de la Juventud 2019, instó a los jóvenes a valorar la experiencia de afrontar las diferencias. Destacó que “no es posible dar testimonio del Evangelio fuera de la realidad”.
En la volátil región de Centroamérica, Panamá constituye un caso especial. El país, un centro mundial de lavado de dinero, está experimentando bajos niveles de violencia criminal, aunque se observó un aumento el año pasado.. En 2023, hubo 556 homicidios, la tasa más alta de los últimos diez años, pero aún no comparable a la de la mayoría de los países vecinos. En particular, la presencia de pandillas en Panamá es baja. A finales del año pasado hubo fuertes protestas de indígenas y activistas contra la concesión del gobierno a una empresa minera de cobre canadiense. El proyecto fue condenado por la Iglesia y por monseñor Lacunza, que finalmente fue retirado tras una sentencia de “inconstitucionalidad” del Tribunal Supremo.
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