diciembre 24, 2024

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Asteroide realmente virado

Asteroide realmente virado

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la nasa tiene confirmado Se las arregló para desviar la trayectoria orbital del asteroide Demorphos por sí misma Misión DART (prueba de redirección de doble asteroide). La sonda chocó con el pequeño orbe el 27 de septiembre a una distancia de unos 11 millones de kilómetros de la Tierra, como parte de una prueba muy importante para verificar la posibilidad de evitar una colisión catastrófica de un asteroide con nuestro planeta en el futuro. Los resultados, que superaron las expectativas, confirmaron que la técnica de desviación funciona y que se puede aplicar a escalas mayores si se identifica un asteroide peligroso en la Tierra.

Demorphos tiene un ancho máximo de 160 metros y orbita un asteroide más grande, Didymus, con un diámetro máximo de 780 metros. Después de chocar con DART, que tenía una masa de más de 600 kilogramos y un cuerpo cúbico central de aproximadamente 1,3 metros de largo, el período orbital de Demorphos (es decir, el tiempo que tardó el pequeño asteroide en completar un círculo completo a su alrededor en Didymos) pasó de 11 horas 55 minutos a 11 horas 23 minutos. El cambio de 32 minutos indica que después de la colisión, Demorphos se acercó a Didymus unas pocas decenas de metros, cambiando su órbita.

La NASA se ha fijado el objetivo de declarar exitoso el cambio del período orbital durante al menos 73 segundos. El cambio detectado por los distintos telescopios supera la predicción más optimista de la agencia espacial, explica Nancy Chabot, una de las personas a cargo de la misión: “Es una diferencia del 4 por ciento con respecto al período orbital de Demorphos alrededor de Didymus. DART le dio un pequeño impulso Pero si queremos repetir el experimento “En el futuro, tendremos que hacer esto con muchos años de anticipación. El período de despertar es clave para poder poner en práctica este tipo de deflexión de asteroides como parte de un programa más amplio”. estrategia de defensa planetaria”.

(NASA)

Hay miles de millones de asteroides y sus fragmentos en órbita alrededor del sol. La hipótesis más popular es que es lo que queda del “disco protoplanetario”, la masa masiva de polvo y gas que orbitó el Sol hace miles de millones de años y que ha transcurrido desde que se formaron los planetas y los satélites naturales del sistema solar que vemos hoy. Casi todos los asteroides están ubicados en el “cinturón principal”, que es un gran anillo de escombros que orbita alrededor del sol, entre las órbitas de Marte y Júpiter a una distancia segura de nosotros.

Las colisiones y otros eventos pueden alterar las órbitas de algunos de estos asteroides, acercarlos a nuestro planeta, y estos son los que están controlados. Los sistemas de detección y seguimiento del asteroide más cercano a lo largo del tiempo han permitido clasificar cerca de diez mil asteroides con un diámetro de al menos 140 metros, que podrían causar una destrucción importante a escala regional en caso de colisión. Ningún asteroide conocido parece representar una amenaza directa para la Tierra durante el próximo siglo, pero aún así es importante no quedar atrapado desprevenido.

Cinturón principal en inglés “cinturón de asteroides” (NASA)

Por ello, en los últimos años, diversos grupos de investigación han trabajado en algunas soluciones experimentales a los asteroides con “letras”, es decir, a cambiar su órbita. Una tecnología prometedora y de exploración, el colisionador cinético, consiste en golpear el asteroide con una sonda cuando aún está demasiado lejos de la Tierra, para que su nueva trayectoria no vaya más allá de la de nuestro planeta. DART ha demostrado la viabilidad de esta técnica, al menos a pequeña escala, a través de un experimento del mundo real más confiable que la simulación por computadora. Los asteroides no tienen una densidad homogénea, tienen formas muy diferentes y otras propiedades físicas que son difíciles de predecir e incluir en la simulación.

A pesar del importante resultado obtenido con DART, la NASA ha mantenido cierta cautela sobre los siguientes desarrollos de los sistemas de deflexión, precisamente porque cada asteroide tiene sus propias características. Derivar de una regla general que influye en el comportamiento de los asteroides sería un error. Sin embargo, los datos recopilados permitirán mejorar significativamente la simulación informática de la colisión, haciéndola más precisa.

Asteroide Demorphos visto por DART 11 segundos antes del impacto (NASA/Johns Hopkins APL)

Otros datos de la misión fueron recopilados por LICIACube, un satélite (cubos) del tamaño aproximado de una caja de zapatos, operado por la Agencia Espacial Italiana (ASI) y construido por Argotec, una empresa espacial de Turín que se especializa en producir microsatélites. Después de viajar durante un año en DART, LICIACube se desprendió de la sonda para posicionarse a unos mil kilómetros del punto de impacto.

LICIACube se acerca y se aleja de Dimorphos y Didymos (ASI/NASA)

En las horas posteriores al impacto, LICIACube observó y fotografió la nube de escombros que se elevó del Dimorphos, y es importante para reconstruir la extensión y los efectos del impacto.

Nube de escombros vista por LICIACube, el contraste de la imagen cambió en diferentes puntos para hacer más visibles algunas características (ASI)

Luego, Demorphos fue observado por muchos telescopios en la Tierra y por los telescopios Hubble y James Webb, el observatorio más poderoso en el espacio. Las observaciones sirvieron para medir las más mínimas diferencias en el brillo aparente del asteroide y su compañero Didymus, con el fin de verificar el cambio de órbita. Desde el punto de observación en la Tierra, Dimorphos pasa por delante y por detrás de Didymos, produciendo constantemente pequeños eclipses parciales. Calculando su duración, es posible estimar la velocidad con la que el asteroide más pequeño orbita al más grande, y obtener datos para comprobar si el impacto con DART supone realmente un cambio en el período orbital.

Nube de escombros creada después de que DART chocara con Dimorphos, vista por el Telescopio Espacial Hubble (NASA/ESA/STScI/Hubble)

Dimorphos y Didymos seguirán sirviendo como guardias privados durante los próximos años. La Agencia Espacial Europea (ESA) tiene previsto volver a visitar a Dimorphos y Didymos con la misión Hera en unos cuatro años para aportar nuevos detalles sobre su estado. La nueva misión es parte de Asteroid Impact and Deflection Assessment (AIDA), una importante colaboración entre agencias espaciales dedicadas al estudio y desarrollo de sistemas de drenaje de asteroides.