Un descubrimiento innovador realizado por un equipo internacional de científicos ha revelado un aumento dramático en… Niveles de radiocarbono Hace casi 14.300 años, destacando el mayor Tormenta solar nunca ha sido identificado, informó Phys.org.
Una revelación sin precedentes, basada en análisis Anillos de árboles viejos El fenómeno, encontrado en los Alpes franceses, ha generado preocupación sobre el impacto potencialmente catastrófico de una tormenta solar similar en nuestra sociedad tecnológica moderna.
La investigación, detallada en la publicación Philosophical Transactions of the Royal Society A: Physical Sciences and Mathematical Engineering, representa un esfuerzo de colaboración en el que participan investigadores del Collège de France, CEREGE, IMBE, la Universidad de Aix-Marseille y la Universidad de Leeds. Estos científicos midieron con precisión los niveles de radiocarbono dentro de troncos de árboles fósiles bien conservados a lo largo de las orillas erosionadas del río Drozier en los Alpes del sur de Francia, según el informe.
Al examinar los anillos de los árboles individuales, los investigadores pudieron identificar un importante pico de radiocarbono que se remonta específicamente a hace 14.300 años. Al comparar este aumento con las mediciones de berilio obtenidas de núcleos de hielo en Groenlandia, el equipo concluyó que esta anomalía fue causada por una tormenta solar masiva que liberó una gran cantidad de partículas energéticas en la atmósfera terrestre.
Edward Bard, el autor principal del libro. Estancia Profesor de Clima y Evolución de los Océanos en el Collège de France y en el CEREGE, destacaron la relación entre los fenómenos solares extremos y la producción de radiocarbono, subrayando que este tipo de tormentas solares podrían tener consecuencias devastadoras para la sociedad moderna. Estas consecuencias podrían incluir la interrupción de las comunicaciones, los sistemas satelitales y las redes eléctricas, lo que provocaría pérdidas potenciales por valor de miles de millones de libras.
Tim Heaton, profesor de estadística aplicada en la Universidad de Leeds, subrayó la gravedad de la situación, citando la posibilidad de daños permanentes a los transformadores de las redes eléctricas, los satélites utilizados para la navegación y las comunicaciones y un mayor riesgo de radiación para los astronautas durante este tipo de supertormentas.
El estudio identificó esta tormenta solar recién descubierta de 14.300 años como la más grande de su tipo, eclipsando a los eventos Miyake previamente identificados en casi el doble de su tamaño. Los Eventos Miyake, que han ocurrido nueve veces en los últimos 15.000 años, nunca han sido observados directamente, lo que deja sin respuesta muchas preguntas sobre su naturaleza y frecuencia.
Los científicos subrayaron la necesidad de comprender y predecir estos fenómenos solares extremos para proteger las infraestructuras de comunicaciones y energía en la Tierra. A pesar de los avances en la observación solar, hay mucho que aprender sobre el comportamiento del Sol, las causas de estas tormentas y su previsibilidad.
Cécile Miramont, profesora asociada de Paleoambientes y Paleoclimas de la IMBE en la Universidad de Aix-en-Provence, elogió el descubrimiento excepcional de los árboles bien conservados. Este descubrimiento, facilitado por la dendrocronología, no sólo proporciona información sobre los cambios ambientales pasados, sino que también proporciona una línea de tiempo previamente desconocida de la actividad solar.
La investigación enfatizó la urgente necesidad de comprender los riesgos que las tormentas solares severas representan para la sociedad moderna.
Si bien el pasado ha revelado pistas, aún hay mucha incertidumbre sobre el comportamiento del Sol y el impacto potencial de futuras tormentas solares.
Una revelación sin precedentes, basada en análisis Anillos de árboles viejos El fenómeno, encontrado en los Alpes franceses, ha generado preocupación sobre el impacto potencialmente catastrófico de una tormenta solar similar en nuestra sociedad tecnológica moderna.
La investigación, detallada en la publicación Philosophical Transactions of the Royal Society A: Physical Sciences and Mathematical Engineering, representa un esfuerzo de colaboración en el que participan investigadores del Collège de France, CEREGE, IMBE, la Universidad de Aix-Marseille y la Universidad de Leeds. Estos científicos midieron con precisión los niveles de radiocarbono dentro de troncos de árboles fósiles bien conservados a lo largo de las orillas erosionadas del río Drozier en los Alpes del sur de Francia, según el informe.
Al examinar los anillos de los árboles individuales, los investigadores pudieron identificar un importante pico de radiocarbono que se remonta específicamente a hace 14.300 años. Al comparar este aumento con las mediciones de berilio obtenidas de núcleos de hielo en Groenlandia, el equipo concluyó que esta anomalía fue causada por una tormenta solar masiva que liberó una gran cantidad de partículas energéticas en la atmósfera terrestre.
Edward Bard, el autor principal del libro. Estancia Profesor de Clima y Evolución de los Océanos en el Collège de France y en el CEREGE, destacaron la relación entre los fenómenos solares extremos y la producción de radiocarbono, subrayando que este tipo de tormentas solares podrían tener consecuencias devastadoras para la sociedad moderna. Estas consecuencias podrían incluir la interrupción de las comunicaciones, los sistemas satelitales y las redes eléctricas, lo que provocaría pérdidas potenciales por valor de miles de millones de libras.
Tim Heaton, profesor de estadística aplicada en la Universidad de Leeds, subrayó la gravedad de la situación, citando la posibilidad de daños permanentes a los transformadores de las redes eléctricas, los satélites utilizados para la navegación y las comunicaciones y un mayor riesgo de radiación para los astronautas durante este tipo de supertormentas.
El estudio identificó esta tormenta solar recién descubierta de 14.300 años como la más grande de su tipo, eclipsando a los eventos Miyake previamente identificados en casi el doble de su tamaño. Los Eventos Miyake, que han ocurrido nueve veces en los últimos 15.000 años, nunca han sido observados directamente, lo que deja sin respuesta muchas preguntas sobre su naturaleza y frecuencia.
Los científicos subrayaron la necesidad de comprender y predecir estos fenómenos solares extremos para proteger las infraestructuras de comunicaciones y energía en la Tierra. A pesar de los avances en la observación solar, hay mucho que aprender sobre el comportamiento del Sol, las causas de estas tormentas y su previsibilidad.
Cécile Miramont, profesora asociada de Paleoambientes y Paleoclimas de la IMBE en la Universidad de Aix-en-Provence, elogió el descubrimiento excepcional de los árboles bien conservados. Este descubrimiento, facilitado por la dendrocronología, no sólo proporciona información sobre los cambios ambientales pasados, sino que también proporciona una línea de tiempo previamente desconocida de la actividad solar.
La investigación enfatizó la urgente necesidad de comprender los riesgos que las tormentas solares severas representan para la sociedad moderna.
Si bien el pasado ha revelado pistas, aún hay mucha incertidumbre sobre el comportamiento del Sol y el impacto potencial de futuras tormentas solares.
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