RECUPERACIÓN TRAS LA PRESIÓN A LA BAJA

Parece que a lo largo de las últimas semanas un sentimiento de calma se ha asentado en el mercado de las criptomonedas, manteniendo la cotización de Bitcoin Prime estable y dando inicio a lo que podría ser una nueva carrera alcista, que en algunos momentos ha alcanzado máximos que no se veían desde el pasado mes de enero.

Una nueva visión

El origen de Bitcoin se remonta al año 2008, en medio de la gran crisis financiera mundial. La creación de Satoshi Nakamoto fue mirada por muchos, durante mucho tiempo, con escepticismo y desconfianza. Nada hacía presagiar el increíble crecimiento que experimentaría el precio de Bitcoin en unos pocos años, tras la emisión de Génesis

Tras la original, se han creado innumerables criptomonedas. Se calcula que la cifra ronda las 10.000 y que cada semana se crean nuevas alternative coins mediante un proceso denominado ICO, siendo algunas de las más relevantes Ether, Cardano, Terra, Solana o Dogecoin, entre otras.

Las criptomonedas son consideradas por muchos como una manera de diversificar el riesgo, de mantener el capital a salvo. El hecho de haber sido concebidas como un medio alternativo al sistema tradicional -dominado por bancos, gobiernos e instituciones- hace suponer que ni estas instituciones ni sus decisiones deberían influir en su cotización.

Así, las criptomonedas no están vinculadas a ellas, lo que ha hecho posible un nuevo sistema, descentralizado e independiente de las instituciones, basado en la tecnología blockchain -la cual goza de una altísima confianza gracias a su descentralización e inmutabilidad y que ha derivado en su implementación en el campo financiero y económico-.

De hecho, en países en los que la inflación pone en peligro los ahorros de los ciudadanos, son muchos los que se lanzan a invertir en cripto, pues interpretan las criptomonedas como valores refugio, similares a lo que tradicionalmente han sido el dólar o el oro.

Controversia en cuanto al comportamiento de las cripto

Sin embargo, a tenor de lo que manifiesta el último estudio realizado por el FMI, la correlación entre el mercado de valores y las criptomonedas podría ser mayor de lo que se pensaba en un principio, no siendo el refugio que se creyó inicialmente en el 2017, cuando la capitalización creciente de Bitcoin mostraba una escasa correlación con el índice S&P 500.

Y es que desde finales del 2020 esta correlación se habría vuelto bastante significativa, lo que llevaría a deducir que el comportamiento de Bitcoin seguiría el patrón de un activo de riesgo más. Y en situaciones en que la bolsa se desplome, la criptomoneda lo haría también. Y lo mismo en el sentido contrario, y esto podría llevar a reflexionar acerca de si realmente constituyen el refugio que se supone.

Regulación de las criptomonedas

En el contexto de guerra Rusia-Ucrania en el que nos encontramos, tanto Europa como EEUU se interesan por dar un empujón a la regulación de las criptomonedas.

Y es que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha resaltado su afán en cuanto a la protección de la innovación y a la seguridad de los inversores se refiere, destacando el fulgurante crecimiento de las criptomonedas en los últimos años y la actualización que ha supuesto para los tradicionales sistemas de pago públicos.

En su intención está garantizar la estabilidad e integridad del sistema financiero así como el cumplimiento de los objetivos medioambientales y la minimización de los riesgos que conlleva la adopción de los activos digitales.

Pero también señalaba entre sus principales preocupaciones la de poner freno a la delincuencia que, en ocasiones, se ha relacionado con el mundo de las cripto y manifestaba su intención de reducir actividades ilegales y de evasión fiscal que pueden facilitar las criptomonedas. Un ejemplo que encontramos en las sanciones impuestas a Rusia y que se cree que podrían estar siendo evadidas, en cierta medida, gracias a las criptomonedas.

Es por ello que en su última orden ejecutiva destacó que la regulación debe evitar que las criptomonedas sean utilizadas para cometer ilegalidades como hackeos y ransomware, lavado de dinero, etc.

Pero también se centró en la parte positiva que conlleva la industria cripto como la accesibilidad a la realización de pagos transfronterizos de manera asequible y fácil.